"Es tu libertad, esa que te hace tan original, tu manera de caminar y que el mundo se detenga para que tú no te canses, la forma en que los problemas te evitan porque no quieren toparse contigo."
Es increible como cuando un un día de esos en los que nada te completa, nada te satisface; en los que te preguntas porque no sos de esas chicas de finales felices, cuentos de hadas y desayunos en Tiffanys. Aparece entre un montón de papeles, una vieja carta que te escribió un amigo, un eterno admirador, un compañero de la vida. En ella no sólo te confiesa que se conforma con tu amistad porque te necesita en su vida, sino que te termina -como siempre- idealizando.
Y con una sonrisa resignada, aceptas que ese es tu lugar, el de musa inspiradora. El de ideal, ese que se mantiene a pesar de todos y todas. Ese que construyen con sumo cuidado, que riegan, que crean a partir de retazos. Porque la gente no se enamora de tu persona, sino de la idea que tienen en sus mentes.