23 de noviembre de 2011

De amor y otros tabús


Estoy harta que la gente subestime mi capacidad de opinión por no haber tenido una relación estable. Estoy harta que la pregunta obligada sea: Por que nunca tuviste novio? Y estoy harta que todos me miren con compasión por no haberme enamorado.
Porque a ver... si recapitulamos y recordamos. Si me hubiese querido poner de novia, lo hubiese hecho. No lo hice, porque mi libertad vale más que alguien que no me encante al lado mío. Y eso es algo que parece que las personas no son capaces entender. No estoy dispuesta a resignar ni un minuto de mi tiempo, ni una amistad, ni una salida, ni una libertad, por alguien del que no esté enamorada.
Y mientras mi projimo va por ahí mirandome con lástima por mi "nula" capacidad de amar. Yo miro tu pasado y en el 90% de los casos, sólo veo relaciones fallidas. Y con esto no me refiero a relaciones terminadas, un noviazgo puede terminar porque se fue el amor, o porque no funciono, pero eso no lo hace fallido. Hablo de esas historias en las que hubo un exceso de celos, un exceso de manipuleo, un exceso de insultos, y lo que es peor, un exceso desvalorización del par.
Jamás, y tengan en cuenta esto siempre, jamás se pueden enamorar de alguien a quien saben, a ciencia cierta, que podrían manejar a su gusto. Jamás. Cuando uno manipulea a su pareja, o la usa de muleta para su ego, sólo es eso. Una muleta. Alguien que te basurea y menosprecia, no sólo no te ama, sino que te quiere a su lado sólo para sentirse mejor consigo mismo.
De la misma forma, alguien que soporta ese trato, es alguien que tendría que ir a terapia, o al menos rever porque elije como compañero, a alguien que hace daño a su autoestima. Y ahí sí que hablo con conocimiento de causa. Es difícil admitir que la persona que queres no te considera su igual y que te subestima, pero una vez que sos consciente de ello, no hay retorno. Y cada vez que él o ella haga algo que confirme tu teoría, y vos no le pongas un punto final a esa situación, tu amor propio y tu corazón se van a estar revolviendo de dolor.
Yo creo que es mejor sufrir una separación y la soledad, que regalar tu amor, y tu tiempo a alguien que no lo merece. Pero no me escuchen a mí, al fin y al cabo sólo soy un frizer.

Ayudar



Es absolutamente inverosimil mi capacidad para consolar a las personas. No sé donde lo aprendí realmente. Quizás sea algo innato, sino no me explico como logro ayudar a la gente con sus problemas, cuando en linea generales, como diría Oscar Wilde: Los problemas ajenos me resultan de una banalidad exasperante.

Tal vez sea que la mayoría de la gente tiene las mismas crisis, y los clichés se me dan fantásticos. Puede ser que ya tengo una serie de monologos previamente armados, y elija el adecuado a cada circunstancia. Un par de preguntas para ver por donde viene la mano, un par de consejos bien dados, y siempre se van contentos.

Quizás sean las palabras extravagantes las que generan ese efecto, los distraigo con vocablos que no comprenden a la perfección, o que se prestan a interpretaciones ambiguas; y mientras se ocupan en deducirlos, sus problemas pierden todo tipo de dramatismo.

Estoy segura que no lo hago de martir, como ya dije, en general cuando escucho a alguien me entretengo más estudiando su psiquis, que sus problemas en sí. Pero eso no quita que me alegre de saber que le hago un bien a un ser querido. Al fin y al cabo yo también tengo mis problemas.