10 de febrero de 2012

Perder la independencia


Empezar una nueva relación no es cosa facil. Elegimos una nueva persona con quien compartir nuestra vida, e intentamos integrarla a cada aspecto de ella. Amigos, familia, salidas, viernes por la noches, domingos por la tarde. Paso a paso, momento a momento se va colando en el coto privado de mi vida- como diría un grande- y cuando te das cuenta ya es indispensable. 

De repente te percatas que ya no sos completamente independiente. Que tenes que pensar en otro, que tenes que cuidar del otro y de sus sentimientos; y lo que es peor, que tu completa felicidad pasa a estar un poco supeditada por esa persona. A mi no me engañen, nadie puede sonreir de formar totalmente sincera, si tiene el corazón roto.

Y asusta un poco. Asusta un poco sentir la responsabilidad de tener que velar por los sentimientos de otro, para a la vez proteger los propios. Es como un círculo vicioso. 
Sí no soy lo suficientemente buena para él, voy a sufrir, y sí el no es lo suficientemente bueno para mí, tambien voy a sufrir! Al final siempre sufriría!



Y una, que fue criada en un seno feminista donde las mujeres son independientes y pueden llevarse el mundo por delante si quieren. Nos sentimos un poco expuestas, por no decir bastante. Porque en un minuto de lucidez, un viernes a la noche acostada al lado de él y después de una frase al pasar, todo toma claridad. Día a día él se va haciendo más importante para vos, y la sola idea es aterrorizante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario