30 de marzo de 2010

Nine

No soy crítica de cine, es más, disto mucho de serlo. Mis opiniones se basan en lo que he visto, en la teoría que ante todo una película tiene que mantener al espectador entretenido, con su argumento, con sus diálogos, con sus actuaciones, su música y puestas de escena. 

Nineno me trasmitió nada, o sí lo hizo, fue más bien poco. Me resulto una historia sin drama, carente de conflicto. Con algunos diálogos ocurrentes, pero en líneas generales bastante vagos. Donde excelentes actores se ven opacados por personajes en su mayoría poco elaborados. Soy consciente que es una remake de un musical, y que ya de por sí mucha gente es algo prejuiciosa con este tipo de películas. Pero no es mi caso, soy de la generación de Moulin Rouge y esto no tiene comparación.

Es normal que ante este tipo de producciones, y al ser una fanática de las puestas de escenas, las canciones y bailes que lleva cada tema, espere con ansia durante la trama, la llegada de los mismos. Pero que durante el transcurso de estos, tenga que esforzarme en prestar atención y me entretenga mentalmente con la idea del próximo número, habla de que algo falló. Al terminar la película me quede con ganas de más, como sí no hubiera existido ni el nudo, ni el desenlace. Por no hablar de la visión absolutamente machista que presenta, no quiero hablar sobre partes esenciales, porque no es mi intención arruinarle el final a ningún lector; pero uno se pasa la mayor parte de la película pensando porque las mujeres, a pesar de ser mayoría, y de girar la trama en torno a ellas y su relación con Guido. Tienen ese rol tan secundario, esos personajes tan vánales, y esa carencia total de independencia física y mental hacia el protagonista.

Comprendo que Daniel Day-Lewis es el personaje principal- Guido, Guido, Guido- pero el hecho de que sólo se centre en él y sus ambiciones, me genera cierta repulsión. Como sí la película estuviera hecha para demostrar como un Don Juan- o Don Guido en este caso- termina saliéndose con la suya.

Lo que es vestuario me pareció un buen trabajo por parte de la vestuarista, Colleen Atwood, la cual ya ha demostrado en varias ocasiones su indudable talento. Se ven vestidos y trajes hermosos, de dos momentos bien definidos que son los 60 y 30, ya que la película hace constantes saltos en el tiempo. Y las puestas en escenas en su mayoría son rescatables, no hay que olvidar, que todo transcurre en ItaliaE Italia es hermosa.


Hay excelentes actores, de Kidman- Darling qué te hiciste en la cara?- pueden tener sus ideas, pero después de verla trabajar en Las Horas, no acepto que me digan que es una mala actriz, a pesar de que tiene sus altibajos. Judi Dench y Sophia Loren son dos grandes. La escena del descapotable en él que habla con su madre me encantó, tan simple y a su vez resume gran parte de la película.


De la actuación de Penelope Cruz sólo rescato el tema que canta, muy sensual, pero sinceramente le tocó un personaje aburridísimo. Cotillard me gusto, un papel bien logrado y dentro de lo victima de su personaje, supo darle una personalidad, y establecer cuáles eran sus motivaciones y deseos. Si, sin duda mi preferida.

Las demás fueron absolutamente olvidables o reemplazables, estén o no estén no sumaron ni restaron a lo que es la trama. Pero debo admitir que aunque Fergie me parece bastante vulgar, y su participación en la historia no se que pretende aportar; se llevo todo los aplausos en cuanto a protagonizar el tema más maravilloso de la película. El único que me trasmitió fuerza, el único que me dejo algo. Así que se los dejo para que puedan apreciarlo.

Generalmente, debo admitir, no soy tan crítica con una película, ni cínica. Pero cuando uno ve algo con muchas ilusiones y estas no solo no son satisfechas, sino que se encuentran por un nivel mucho más bajo, se siente algo frustrado, algo estafado. Y supongo que eso fue lo que me paso. Espero ansiosa volver a ver un trabajo de Rob Marshall, digno de compararse con Chicago.

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