27 de octubre de 2011

Puntos de Inflexión



Hay ciertos momentos en nuestras vidas que nos hacen replantearnos todo. Desde las decisiones que nos han llevado a esa posición, hasta las relaciones que mantenemos vigentes por miedo a quedarnos solos. Generalmente el miedo es muy injusto, nos hace ver oscuridad donde no las hay, y nos llena de dudas cuando solo hay certezas. Eso es algo que nunca deberíamos olvidar.

Pero no importa cuanto querramos taparlo, siempre llega un día- ESE día- donde se genera un punto de inflexión del cual no hay retorno. Te encontras desencantado con la vida, con tus amistades, con tus exs, con tu familia, con tu estudio, con tu trabajo, con lo que sea. Aceptas que estas cansado de algo y que solo podes empezar a descartar de que cosas no.

Si te gusta el melodrama- como a mí- vas a sumergirte en una exagerada instrospección y escribirlo en un blog, para que todo aquel que quiera enterarse pueda hacerlo de primera mano. Vas a cortar vínculos con un portazo, o revoleandole zapatillas a las 6 de la mañana por el balcón. Vas a desconectar el celular, y por tres días pretender vivir como hace 30 años.  O hasta quizás te rapes y quieras dedicarte al budismo. 

No importa cual sea el cambio, sí realmente es profundo o no, para bien o para mal. Sí sos de esas personas que creen que su vida es un teatro, y que como tal deben rendirle cuentas, viviendo de función en función, de show en show. Va a ser algo dramático. Tiene que serlo. 

Se van a sumergir en sus más profundas miserias, o ahondar en los más ridículos extremos. Solo para sentir que no importa que parezca que todo se termina, el show debe continuar. 

Y es que de eso se trata un poco la vida, no importa cuanto manches una hoja, siempre podes darle la vuelta y empezar otra.

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