1 de septiembre de 2010

Amores Fugaces



Generalmente el viaje de aproximadamente 50 minutos de la facultad a mi casa lo hago leyendo, algunos de los tantos apuntes que SIEMPRE tengo que leer. Ya se volvió tan rutinario, que he aprendido a hacerlo en cualquier circunstancia, eso incluye trenes, colectivos, horas pico, etc. Pero hoy, cansada mentalmente del teórico de 4 hs, me dispuse a mirar un punto fijo con cara perdida.

Tres estaciones antes de llegar, se desocupo un asiento y pude sentarme, para así seguir mirando la nada un poco más cerca de la ventana. Sin intención de que ese fuera un viaje aunque sea, mínimamente, fuera de lo común.  Pero no pudo ser.

Los amores a primera vista siempre me parecieron más poeticos que reales. Pero hay veces, hay ocasiones en la que nos toman desprevenidos y alguien nos deslumbra. Por falta de agallas, valentía o cara dures quedan ahí, no trascienden y pasan a quedar archivados como esos amores fugaces que duran unos 10 minutos de miradas encontradas, sonrisas cómplices y despedidas sin palabras.

Así fue, nos miramos y enseguida nos llamamos la atención. De alguna manera muy ridícula, recordé la canción de Jambes Blunt, “You’re beautiful”.

“She smiled at me on the subway.
She was with another man.”

Ridiculo, no? Pero fue así. Bajamos en la misma estación y cambio su recorrido a último instante, para colocarse detrás de mí, en la fila del molinete, descendimos las escaleras prácticamente a la par. Y antes de que el paso nivel nos separe en dos caminos distintos, nos miramos una última vez, para continuar con nuestras vidas.

Mitad por cobardía, mitad por sentido común ninguno se atrevió a decir nada. Quizás se trate de eso que decía  El Retrato de Dorian Gray que la segunda era la marca registrada de la primera. Quién sabe. Pero son cosas que pasan, son momentos muy particulares que nos hacen estallar de adrenalina y sentirnos un poco especial en un día más de nuestra rutina.

Jamás lo voy a volver, ni a él, ni a muchos otros que me han encandilado. Así es la vida, llena de momentos precisos que te llaman la atención fuera de lógica o razón

Como diría Sabina: “Amores eternos que duran, lo que dura un corto invierno”.

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