21 de septiembre de 2010

Primavera

Recuerdo una época cuando los días de la primavera eran toda una revolución. Cuando se generaban discusiones en torno a eso, cuando uno lo esperaba con ansias. Recuerdo haberme rateado al día siguiente del colegio, sólo por la inmensa emoción que aun me embriagaba de uno de los mejores días del estudiante- aunque ahora al intentar evocar que día fue, se haga una gran nebulosa en mi mente y no logre descifrarlo-.

 
Debí imaginarme que este no iba a ser uno de esos años, la facultad, los novios, el trabajo, los compromisos, fueron arrebatando a cada uno de los usuales integrantes de estos días. En realidad la primera advertencia fue la falta de discusión. Como sí de una señal premeditoria se tratase, no hubo peleas, no hubo diversidad de opiniones, y por primera vez en tantos años todas estuvimos de acuerdo a la primera opción. Debí vislumbrar el significado de tan poco interés, debí darme cuenta que había un trasfondo.

 
Llegó el día y uno no puede evitar pensar, que los años estan haciendo mella en nuestra amistad, o por lo menos en algunas.

 
Pero bueno, siempre nos queda el consuelo de saber que la primavera llega para todos, que el amor se fortalece, que las flores florecen, y que a Galliano le sienta muy bien el sol de esta estación. O al menos ... Eso es lo que dicen


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