14 de febrero de 2011

La gente es tan sólo encantadora o aburrida

Hay gente que me fascina. Y eso es mucho que decir porque la gente suele resultarme ridiculamente aburrida. Cuando conozco a alguien que genera eso en mi, le prohibo marcharse, reteniendolo en mi vida para visitarlo de manera esporádica.
Clara generaba eso en mí. Supongo que me sentía identificada con ella. Por eso cuando despues de algunos meses decidimos vernos para almorzar, me resultó gratificante, renovador. Como sí un rato con ella renovará mi energía y me recordará quién era, y quien siempre iba a ser.


Cuando después de 15 minutos de esperarla aparecío en aquella plaza transitada donde habíamos decidido encontrarnos, me sentí increiblemente bien, como sí esos 4 meses no hubiesen pasado. Recuerdo no haber podido evitar sonreir y pensar que desencajabamos completamente con ese contexto. Eramos como dos personajes de una película puestos en un escenario completamente ajeno.

Supe sin necesidad de voltear, que la gente nos miraba. Ella con sus botas y tapado manteca, con sus anteojos con stras y fumando con boquilla; me recuerda a una personificación, con algunas libertades creativas de Jessica Rabbit su gran objeto de admiración. Yo con mis botas rojas recién estrenadas, y todo su look correspondiente, me saco los guantes de cuero negro para no sentirme tan Cruela de Vil. Somos una mezcla de glamour y antigua elegancia, esa que sí vale la pena, la cual en presencia de la otra pareciera multiplicarse.


Un almuerzo con ella es renovador, algo que de vez en cuando necesitamos. Porqué cuando nos encontramos tenemos el talento de evadir por un rato la realidad. Y aunque sabemos que no es algo para todos los días, es una tranquilidad saber que contamos con ese escape de nuestra rutina, como sí se tratara de unas minis vacaciones.

Y hablamos de nuestras relaciones. Ella tiene una relacion con un hombre un par de décadas mayor que nosotras. Yo tengo una relación con el reflejo de mi espejo al cual en ocasiones abandono para luego arrepentirme. Tengo un imán para la histeria, cosa que Clara, suele recalcarme. Debo admitir que no tenía mucha fé en esa relación, ahora sí.


Ella sabe que hay cosas que él no podrá darle, y poco parece importarle. Una no quiere con algo más de 20 años descartar la posibilidad de un hijo, ella lo haría por él. "Sólo los dos" suele repetir y no puedo evitar pensar que en ellos suena muy bien. Así que aliento sus planes, mientras ella me alienta a romper con todas esas historias que me siguen.

Nos conocimos en la Universidad, yo era una niña recién graduda y ella parecía estar a años luz de mi madurez. Supongo que hay cosas que están establecidas de antemano, o al menos hay noches que me consuela pensar eso. Y nuestra amistad fue una de ellas. Podríamos decir que fue por pura casualidad que termine sentada a su lado y  por pura casualidad que me acompaño a comprar todos aquellos apuntes que me hacían falta, pero prefiero pensar que el destino hizo su parte... 


Llegó la hora de despedirse y aunque prometemos no perder el contacto; ambas sabemos que pasarán otros 4 meses antes del próximo almuerzo, porque necesitamos retomar nuestras vidas. Así que cuando cruzo la calle taconeando rápidamente para no perder el colectivo, miro hacia atrás; y no puedo evitar pensar que es buen momento para que empiecen los créditos.

1 comentario:

  1. descubrimiento del 3 de marzo...
    Esta bueno ser parte de esto.
    Clara

    PD: nos vemos en 4 meses

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