28 de febrero de 2013

De estrés y sin sentidos


Nos estresamos por cosas sin sentido, nos consumimos, nos comemos las uñas, lloramos de nervios, nos agarran ataques de pánico, nos da por hiperventilar, por tener taquicardia, por tener alergia o acidez. Nos desesperamos en nuestra propia miseria, y nos cuesta tanto sacar la cabeza de ese pozo de drama en el que nos sumergimos, que nos olvidamos ciertas cosas esenciales. Como que un final no mató a nadie, como que una primer cita tendría que ser solo para disfrutarla, como que las peleas son intercambios de opinión y las separaciones parte de la vida.

Disfrutamos tanto el drama, que nos enferma. Nos acostumbramos tanto a "hacernos la cabeza" que la terminamos perdiendo. Y nos desesperamos tanto por cosas que tienen solución, que no son terminales, que acabamos por perdernos de disfrutar muchas otras. Un final no va a matarme, y un 2 en la libreta no significa ni mediocridad, ni vergüenza, ni fracaso. 

Porque sino la vida se convierte en eso, una seguidilla de momentos traumáticos, esperando la llegada de otro momento peor. Hay que aprender a respirar hondo, y de vez en cuando disfrutar perder el control. 

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