19 de febrero de 2013

Renunciar


Renunciar a algo siempre es difícil  porque conlleva una decisión, una elección de vida, un camino a seguir. Es decidir priorizar algo en pos de otra cosa, tal vez tu salud mental, tu bolsillo, tu corazón.
Es saber que hay algo que no te llena, que no te completa, y que debes dejarlo ir, por más que sea el amor de tu vida, el trabajo de tu sueño o la carrera que creíste tu vocación desde los 5 años.
Que te echen, que te dejen, que te rompan el corazón o que te despidan, siempre es más fácil. Porque sólo trae consigo la aceptación y la resignación. Hasta hoy, siempre se me había dado mejor que me echen.

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